Visitas: 281
Consejos útiles
Curado de utensilios, productos para toda la vida.
- Preparar el horno
El horno de su hogar, será la herramienta que utilizaremos para curar nuestras cacerolas y otros utensilios de hierro fundido. Necesitamos pre-calentarlo en un rango entre 280 grados a 300 grados. La temperatura seleccionada varía en función del tipo de horno, así como del tiempo de duración de la curación.
- Limpiar la cacerola de hierro
Al ser una olla de hierro nueva, puede que encontremos etiquetas en su interior o exterior, que debemos retirar. Luego, la lavaremos con abundante agua, retirando cualquier exceso de suciedad. Si es el caso de tu olla, debes remover esta capa en su totalidad. Lavar con un cepillo de cerdas plásticas, agua caliente y jabón, para después enjuagarlo y secarlo bien. Se puede hacer colocándolo unos minutos sobre la hornalla encendida.
- Aplicar capa de aceite o grasa
Necesitamos cubrir nuestra olla de hierro fundido con una fina capa de aceite vegetal, de tal forma que quede totalmente cubierta, pero sin excesos. También se puede utilizar grasa como opción. Recuerda que la tapa también debe tener su capa de aceite o grasa.
- Coloca el utensilio de hierro fundido al horno
Coloca tu olla o sartén de hierro en el horno, que ya debe estar caliente. Para un curado óptimo, es necesario que se coloque boca abajo, lo mismo que para la tapa. Como precaución, usa una bandeja en la base del horno, para recoger los excesos de aceite y grasa que puedan gotear. Dejaremos que nuestra olla de hierro fundido se cure durante una o tres horas, pasado este tiempo, apagaremos el horno y la dejaremos enfriar.
- Limpiar con un paño seco
Una vez que el utensilio de hierro fundido se encuentre frío al tacto, retiraremos cualquier exceso de grasa o aceite. Utiliza una toalla de papel o un paño de cocina. La superficie debe sentirse suave, sin dejar sensación de grasa o aceite en las manos.
- Aplica una última capa aceite o grasa
Tu utensilio está casi listo, si lo deseas, la podrías utilizar ahora. Sin embargo, te recomendamos aplicar una última capa de aceite o grasa, que reforzará a la capa protectora, que ya hemos creado. Unta un poco de grasa o aceite en tu mano o en un paño, y frota hasta formar una fina capa en toda su superficie. Si tu utensilio tiene tapa, también necesitarás cubrirla. Por último, volver a colocarla en el horno durante una o tres horas.